FERIA FRANCA MEDIEVAL DE BETANZOS
La primera Feria Franca Medieval de Betanzos tuvo lugar en Betanzos en julio del año 1998. Se celebró desde aquella de manera ininterrumpido el segundo domingo del mes de julio y todo el fin de semana correspondiente por lo que en el presente año 2018 tendrá lugar su XXI Edición.
Se trata, sin duda, del proyecto de más impacto económico y social en los últimos años en Betanzos. Se puede decir que su crecimiento fue espectacular, en gran medida por la gran implicación, tanto del propio Ayuntamiento (organizador del evento desde lo principio), como de las asociaciones y la población betanceira y de la comarca en general.
La idea de realizar una Feria Franca Medieval en Betanzos surge como consecuencia de la aplicación de la historia (Betanzos tenía una feria que duraba todo el mes de noviembre, allá por los siglos XIV y XV) y para alcanzar básicamente tres objetivos:
- Poner en valor todo el patrimonio histórico-cultural que tiene el casco histórico de una ciudad que llegó a ser capital del Reino de Galicia, y que está compuesto por innumerables elementos tanto de carácter religioso como civil, y que además fue declarado conjunto histórico-artístico por el Decreto 3850 del año 1970. Se entiende este como el primer paso para alcanzar una desestacionalización del turismo, tratando de potenciar una variante cultural que visite Betanzos durante las épocas de «temporada baja.
- Tratar de potenciar el comercio y la instalación de nuevos negocios en esta zona de la ciudad, que fue de siempre la zona más comercial de esta, y en la que el paso del tiempo y la falta de espíritu de rehabilitación de los edificios personales, habían dejado huella nos últimos años.
- Recordar la historia de Betanzos a los betanceiros y dársela a conocer a los visitantes.
Partiendo de estos principios la Feria Franca Medieval de Betanzos fue evolucionando en el tiempo incorporando elementos tanto a nivel de representación como de organización y estructura.
El Ayuntamiento de Betanzos fue además invirtiendo poco a poco en hacerse con un fondo de materiales que se emplean exclusivamente en esta celebración. Los estandartes y telas que decoran las calles del casco histórico de Betanzos en los días previos y durante la propia Feria son propiedad de esta Administración y año a año se van incrementando y sustituyendo los deteriorados por otros nuevos. El Ayuntamiento de Betanzos cuenta también con cerca de 200 trajes de época que se utilizan para la realización de las escenas por parte de las personas voluntarias. Elementos como la zorra (carro empleado en la expulsión de los leprosos) o los distintos aparatos y armamento necesarios para la realización de un torneo medieval a caballo son también propiedad del Ayuntamiento de Betanzos.
Por otra parte, el número de calles dedicadas al evento fue creciendo en función del crecimiento de este y los esfuerzos organizativos tuvieron también que incrementarse de manera proporcional. Con todo esto, y partiendo de las limitaciones económicas propias de una Administración del tamaño del Ayuntamiento de Betanzos se fue llegando a la situación actual de la Feria Franca Medieval.
Quizás la base del éxito sea que durante la Feria Franca se representan escenas de la propia historia betanceira y se hace con la colaboración y la participación casi exclusiva de las asociaciones y los habitantes de nuestra ciudad. Es decir, ellos y ellas hacen de actores y actrices, de bailarines, de nobles, de campesinos/as, de leprosos/as, etc., sin que intervenga ninguna compañía de teatro profesional en estas representaciones.
El Ayuntamiento de Betanzos les proporciona, evidentemente, tanto los atavíos e instrumentos necesarios, como el monitorizado que ensaya con todos las personas las distintas representaciones.
Por otra parte, las calles y los balcones de los edificios del casco histórico de Betanzos son engalanados con telas y estandartes que representan los escudos de las familias betanceiras del bajo medievo, y todo se dispone en esas fechas para que adentrarse en este sea el más parecido posible la un viaje al pasado más esplendoroso de la ciudad.
BATALLA DAS FIGUEIRAS
El segundo día son tres las representaciones históricas fundamentales. La primera de ellas, a pesar de no corresponder a la época en tela de juicio, es muy importante porque representó una de las primeras actuaciones en la Galicia de la Reconquista. Tuvo lugar a mediados del siglo VIII y representa la negativa de los nobles y de los plebeyos a entregar a las tropas del rey musulmán Mauregato las cien doncellas que este requería cada año.
La negativa dio lugar a la una cruenta batalla en la que vencieron los betanceiros empleando como armas incluso ramas de higuera, de ahí que esta sea conocida como la Batalla das Figueiras. Incluso, y para ser fieles a la historia, representamos la negociación entre ambos bandos y los bailes moros típicos de aquella época empleados para recibir las tropas musulmanas.
CARRERA DE BOCOYS
Otro de los hechos históricos que se recrean es el incendio de la ciudad en el año 1569. Cuenta la historia que en ese incendio las familias betanceiras trataban desesperadamente de salvar sus trastos de las lapas. Uno de los bienes más apreciados en la época eran los bocoys de vino, por el coste que tenían y la laboriosidad que requería su fabricación.
Pues bien, nosotros representamos ese hecho histórico de una manera entretenida con una carrera de bocoys de vino en la calle mas emblemática de aquella época (la rúa Travesa). En esta escena participan unas 20 personas voluntarias entre los corredores y los músicos que la animan.
ESCENA DEL SÉQUITO
La Feria Franca Medieval de Betanzos comienza de manera oficial representando la llegada del señor de Andrade a la ciudad. En esta escena se hace referencia a la concesión en el año 1465, que hizo el rey Enrique IV de Trastámara a Betanzos, del título oficial de CIUDAD y a la dádiva en el año 1467 del privilegio de poder realizar una Feria Franca cada año en el mes de noviembre. Es más que probable que esta Feria sea el soporte del que surjan las bases sobre las que posteriormente se instauró la actual feria que cada día 1 y 16 tiene lugar en Betanzos.
La realización de esta escena supone la movilización de casi que 100 personas voluntarias (señor de Andrade y su doña Sancha, los miembros de su séquito a caballo, las bailarinas que interpretan una danza noble, una danza noble y una danza campesina, los nobles que lo acompañan, los plebeyos que llegan dispuestos a hacerle sus reivindicaciones, el acompañamiento musical, etc.). Los ensayos previos comienzan en el mes de mayo (lo que puede dar una idea de la laboriosidad que requiere).
EXPULSIÓN DE LOS LEPROSOS
En la tercera jornada se produce quizás la escena más compleja de todas, que recrea la peste la las dolencias que asolaron la ciudad en el año 1381, y que concluye con una representación de la expulsión de los leprosos de esta.
El recorrido de una impresionante pareja de bueyes tirando del carro que transporta los leprosos y leprosas, las huidas de estos y las posteriores detenciones por parte de los campesinos hacen las delicias de los espectadores por todo el casco histórico. Los enfermos son expulsados de los límites de la ciudad en dirección al barrio de la Magdalena donde en aquellos tiempos estaba ubicada una leprosería.
Los trabajos de maquillaje de las personas voluntarias que hacen de leprosos así como las medidas de seguridad en el recorrido de los bueyes y las continuas huidas y detenciones de los enfermos hacen de esta escena la más complicada y laboriosa de todo el fin de semana.
REVUELTA IRMANDIÑA
La Revuelta Irmandiña trata de representar cómo los habitantes de Betanzos y su comarca (tanto nobles como plebeyos) se rebelan contra lo señor feudal de la época, Nuno Freire de Andrade «El Malo», por la excesiva dureza con la que este trataba a sus vasallos.
Esta revuelta fue liderada, en el caso de Betanzos, por Alonso de Lanzós que encabezó un ataque contra el castillo del señor feudal, situado en Pontedeume. Para dar entrada a esta escena el Grupo Azougue de la Escuela de Folclore del Ayuntamiento de Betanzos representa cada año alguna danza con contenido histórico.